Agilidad en tiempos de crisis

27/05/2020

Uno de los desafíos a gestionar en este tiempo es “el aprendizaje del equipo para trabajar en modo remoto”

En nuestro artículo anterior mencionamos que uno de los desafíos a gestionar en este tiempo es “el aprendizaje del equipo para trabajar en modo remoto” (Ver nota: https://auren.com/ar/blog/bitacora-como-navego-la-tormenta/). Este modo de trabajo está desafiando nuestra manera de lograr resultados, casi en la misma proporción que está generándonos oportunidades para mejorarlos.

Aunque sea una oportunidad de mejorar, hay varios paradigmas que se ven desafiados. Las metodologías ágiles pueden darnos una luz a la hora de buscar la manera de transitar estos cambios en nuestros hábitos de trabajo.

En primer lugar, es necesario enfocarse en los resultados. Aquí la agilidad tiene para aportarnos una herramienta que se llama OKR (Objectives and Key Results). Esta metodología nos propone definir trimestralmente los objetivos y resultados clave de la empresa y de cada uno de los equipos.

Luego tendremos que definir las actividades que cada una de las personas del equipo tiene que llevar a cabo y cómo nos vamos a coordinar para alcanzar los resultados objetivo.

En este caso la agilidad ofrece un esquema de rituales para coordinarnos que está compuesto por 4 reuniones que funcionan coordinadamente como un engranaje. Comienza con una reunión de planificación en la que todo el equipo define qué actividades va a llevar a cabo en la próxima semana, quincena o mes. Luego conviene realizar una actividad de sincronización de equipo, donde se verifica el grado de avance de las actividades y se identifica en cuáles se ha trabado o requiere ayuda. No se resuelven los temas, sólo se identifican y se agenda reuniones específicas para resolverlos, llamadas reuniones de resolución. El último ritual son las reuniones de revisión para capturar aprendizajes.

Como complemento, la agilidad nos da una herramienta para organizar el trabajo diario del equipo en actividades individuales para cada miembro. Se llama Kanban, y tiene 3 elementos: 1. un tablero que define el flujo de trabajo del equipo, las etapas por las que debería pasar una actividad entre pendiente y terminada; 2. Tarjetas, que son las actividades a realizar por cada persona del equipo; y 3. El límite de trabajo en proceso (WIP).

Incorporar estas herramientas de agilidad a nuestro trabajo diario puede ayudarnos a adquirir una manera de trabajar que esta crisis necesita para volver a crecer.

Por Sebastián Inchauspe – Socio de Estrategia e Innovación de Auren