Trabajan desde casa y son los nuevos protagonistas del empleo internacional. Su incremento salarial sorprendió a todos, por lo que los profesionales informáticos ya no son los más solicitados.

Durante años, los talentos informáticos lideraron la contratación internacional desde Argentina. Las empresas extranjeras competían por sus servicios remotos, pagaban en moneda dura y se adaptaban a sus horarios. Pero eso cambió. Los costos dejaron de ser competitivos, y países como Brasil, México y Colombia empezaron a ofrecer profesionales similares por menos.

Ese vacío lo llenaron profesionales de otra área y son los más buscados en este momentos. Según datos del último Reporte del Estado de la Contratación Global 2024 de Deel, la demanda internacional por contadores argentinos creció un 87% en un solo año. Lejos de desaparecer por la inteligencia artificial, la profesión se fortaleció. Las empresas buscan algo más que cálculos: quieren análisis, estrategia, cumplimiento normativo y comprensión del negocio.

En este tiempo, los contadores argentinos no solo siguen siendo requeridos a nivel local, sino que además protagonizan un nuevo ciclo de exportación de talento. Trabajan desde sus casas, facturan en dólares y se integran a equipos de todo el mundo.

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La experiencia también cotiza

En un contexto donde escasean los perfiles con visión integral, las empresas empiezan a mirar hacia los llamados “talentos silver”: profesionales mayores con amplia trayectoria.

Según Sebastián Maciarello, gerente de selección de Auren Argentina, estos perfiles ganaron protagonismo en áreas como auditoría y consultoría. Su experiencia en entornos complejos, su red de contactos y su conocimiento de ciclos económicos les permite asumir roles estratégicos, formar equipos y adaptarse al entorno cambiante.

Eso sí, deben mostrar disposición a capacitarse en nuevas tecnologías y metodologías. La combinación de experiencia y adaptación se transformó en un diferencial clave.

Las industrias que más los buscan son tecnología, salud y finanzas. El auge de las fintech impulsó la necesidad de contadores con dominio de regulaciones, riesgos y nuevas herramientas. El comercio electrónico también generó demanda por expertos capaces de gestionar inventarios, flujos de caja y tributación digital.

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