Descensos en la contratación y disminución de
las cifras de ingresos, incremento de los gastos de explotación, pérdida de
posicionamiento, sensaciones de quedar atrasados ante los cambios del mercado y
del creciente empuje de los competidores, la llegada imparable de las nuevas
tecnologías y, en definitiva, la caída de los resultados, son algunos de los
factores que se vienen experimentando en determinadas entidades o cadenas
hoteleras de tamaño mediano y pequeñas.

Ante ello, se hace necesario evaluar la
situación para reorientar los objetivos y estrategias, adoptando las acciones
que se estimen más adecuadas.

En tal sentido, la auditoría operativa,
realizada por profesionales independientes, constituyendo un equipo
multidisciplinar de expertos con amplia experiencia en el sector turismo y,
concretamente en el sector hotelero, constituye una herramienta que puede
aportar valor añadido en la mejora de la gestión y, consecuentemente, en la
mejora de  los resultados.

La auditoría operativa hay que entenderla
como una evaluación objetiva e independiente, llevada a cabo por un equipo
multidisciplinar de expertos en el sector hotelero, cuya finalidad es
determinar el grado de eficiencia que se logra por los procesos de gestión y la
aplicación de los recursos técnicos y humanos en las actividades de la entidad
hotelera, para lograr alcanzar los objetivos establecidos por la propiedad, por
el órgano de gobierno y por la dirección.

El examen realizado por la auditoría
operativa analiza la adecuación de los objetivos establecidos por la entidad
hotelera, igualmente los procesos operativos y los recursos empleados, así como
las actividades y controles utilizados, todo ello con la finalidad de medir el
grado de eficiencia y el logro de las metas y resultados, finalizando con las
conclusiones correspondientes y con las propuestas de mejora.

Al analizar los objetivos, procesos, recursos
y actividades de la entidad hotelera, se compara todo ello con las mejores
prácticas del mercado. Así pues, la evaluación efectuada y el grado de medición
de la eficiencia, permite alcanzar conclusiones y proponer aspectos de mejora en
los aspectos indicados, que redundarán igualmente en el fortalecimiento de otros
tantos aspectos cualitativos de la actividad hotelera, tales como, por ejemplo,
la potenciación de los canales de contratación directa, la obtención de niveles
adecuados de ingresos, calidad y atractivo de la oferta para los clientes, la
efectividad de los sistemas organizativos, de los controles y de la gestión de
ingresos, costes y resultados, la incorporación de las nuevas tecnologías, la
capacidad de acceso al conocimiento de las nuevas tendencias en el sector y de
implementación de las mismas, la disposición de directivos y de personal
cualificados, etc.

En definitiva, la auditoría operativa en las
entidades hoteleras, desde una perspectiva actual e innovadora en la cual es
imprescindible aportar valor añadido, se convierte en un aliado, constituyendo una
herramienta de especial interés para la dirección de la entidad para disponer
de un análisis amplio de la situación actual y de los aspectos de mejora de su
negocio, lo que contribuirá a posicionarse en línea de progresión y
competitividad, facilitando alcanzar los objetivos establecidos y los
resultados deseados.

Juan José Cabrera, Socio de Auditoría y miembro del Equipo de Trabajo de Especialización en el Sector Turismo de Auren