“Al turismo… otra sonrisa”

01/06/2016

Somos muchos los que recordamos aquella campaña de a principio de los años noventa, que decía aquello de “Al turista… una sonrisa», que se llevó a cabo en algunos destinos turísticos consolidados en España, como en la Costa del Sol. Un mensaje que fue muy apropiado, directo y que tuvo mucho éxito en su aceptación, pues resaltaba que todos somos y hacemos el Destino Turístico.

Aquella campaña publicitaria no tenía como destinatario al turista, si no a los residentes y todos lo que atendían directa o indirectamente a los turistas. Se realizó en un momento en el que el sector turístico estaba sufriendo una fuerte crisis en España, fue a finales de los ochenta principios de los noventa, motivada por fuerte incremento de la oferta y competitividad en precio de otros destinos turísticos internacionales. Pero al poco tiempo las circunstancias cambiaron y el sector resurgió con fuerza. Y aunque la campaña de concienciación fue acertada, lo que nos salvó no fue eso, si no la poca fortuna de otros (Guerra de los Balcanes y Fundamentalismo islámico) y la nuestra propia con la devaluación de la peseta por aquellos años. Con esta nueva situación pasamos en poco tiempo a ser un destino más barato y “seguro» llegando a España turistas “prestados» de otros destinos.

Paradójicamente estamos teniendo actualmente unas circunstancias parecidas como destino turístico veinte años después, puesto que estamos captando turismo “prestado» de otros destinos por la actual situación convulsa en el mundo (Primavera Árabe, Évora,..), y además somos más baratos por los ajustes económicos internos que ha tenido que realizar el sector en años de crisis.

Algunos podrían hablar de ciclos económicos que se repiten cada cierto tiempo, y hasta se podrían entender que fuera así. Pero lo que no deberíamos de permitir es caer de forma cíclica también en los mismos errores que hace 20 años. No supimos entender que aquel desembarco de turistas de finales de siglo nos ofrecía nuevas oportunidades para desarrollar otros modelos de hacer turismo, avanzar en calidad, la atención y trabajar por fidelizarlos, para que los nuevos visitantes no nos vieran como una segunda opción sino como primera opción tras conocerlos. Por el contrario, pasó que fue generalizada la inoperatividad, la escasa creatividad e imperó la comodidad de seguir con la mismo modelo de turismo, ya estandarizado y poco novedoso.

Las cifras récord que estamos alcanzando en España en el sector turístico, no deben ser tan sólo un número y un contador frío de visitas –como las que existían en las antiguas páginas Web, sino ser visto como nuevas oportunidades de crecer y consolidarnos como Destino, y que con innovación y buen servicios consigamos fidelizar a los nuevos visitantes. Para que finalmente los turistas “prestados» pasen a ser turistas “fidelizados», y sepamos sacar partido a esta nueva oleada de visitantes, evitando errores pasados. Pero la fidelización no se lleva a cabo sólo con la innovación en los productos, es la suma de muchas cosas como las infraestructuras, la tecnología, la profesionalidad en la atención al cliente y, de la que ya no se habla tanto, la hospitalidad de los lugareños.

Ahora más que nunca, es importante tener una conciencia colectiva de Destino, que el turismo no son sólo las cifras optimistas que televisan, sino que lo hacemos entre todos y que depende de nosotros.

Todo destino turístico ha de velar por una cultura innovadora en el sector y por una cultura hospitalaria de acogida de sus gentes a los visitantes. Ambas han de ir de la mano para que la percepción del destino por los turistas sea positiva. Estamos inmersos actualmente en discursos en pro del emprendimiento, la innovación y las aplicaciones tecnológicas en el sector turístico, pero a veces se nos olvida lo más evidente pero no por ello lo menos importante, que es cultura hospitalaria y anfitriona en el propio destino turístico. Algo de lo que hay mentalizar, tanto a corto sensibilizando a todos los que intervienen actualmente en el sector, como a futuro formando a las nuevas generaciones en las escuelas, para que de forma orgánica vayan asimilando la importancia del turismo en donde viven.

Por tanto estamos necesitados de más sonrisas al turista, pero no sólo porque es bueno para el sector, si no porque también lo es para nosotros, alimenta el espíritu y nos hace más felices. 😉

Juan Antonio López, Socio Director Consultoría

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