
El futuro del turismo: hacia dónde vamos y qué debe ser
El pasado 30 de enero, se llevó a cabo en Barcelona la presentación del nuevo libro de la colección Governa de Auren, Diseñando el mañana, que recoge entrevista a expertos para descubrir hacia dónde va el mundo en varios campos como la ciencia, la tecnología, la educación, el transporte o el turismo.
Precisamente, en el evento participó como ponente Jordi
Oller, profesor de Turismo y Gestión de la Innovación del TecnoCampus de
Mataró, donde se prepara a los estudiantes para ser los gestores del turismo
del futuro. Jordi habló de las posibilidades de la actividad del turismo en el
futuro. Como en todas las actividades y negocios, la tecnología será la punta
de lanza, por lo que, si vuestro negocio turístico no está ligado a una
plataforma tecnológica; no utiliza el Big data para buscar oportunidades; no
tiene implantadas las herramientas necesarias para una eficiente gestión
administrativa o no está estudiando cómo la robótica puede ayudarle en muy poco
tiempo, podríamos fácilmente pronosticar que no va en la dirección que debería
ir. Es cierto que cada negocio es diferente y el tamaño de cada uno de ellos
determinará sus necesidades y su evolución, pero también está claro que, hasta
el más pequeño, debe actualizar su tecnología para poder sobrevivir a medio
plazo.
No obstante, de la exposición del profesor Oller, el uso de
la tecnología no fue lo que me llamó más la atención, sino su convencimiento y
entusiasmo en la idea de que hemos de huir de un turismo genérico para
dirigirnos a un turismo de especialidad, orientado al valor y a la calidad.
Cada vez más, las metas turísticas buscadas serán aquellas que podrán ofrecer al
viajero, no un sitio que visitar, sino un lugar donde vivir experiencias, y
sobre todo buenas experiencias. “La
pregunta del futuro no será dónde vamos, sino qué transformación podemos
experimentar como personas”, dijo el profesor.
Bajo esta tesis podemos afirmar que nuestro sector turístico
tiene mucho camino por recorrer, pero hay que cambiar el modelo. Hasta ahora
estamos apostando por un turismo generalista basado en la cantidad de personas
que nos visitan a unos precios asequibles, pero esto no hace más que dejar
impacto negativo en los destinos y en el ecosistema: el desgaste notorio de los
puntos más visitados, la pérdida para los oriundos de aquellos lugares debido a
la saturación continua, la contaminación ambiental, sueldos bajos para los
trabajadores que se dedican a la restauración… Así pues, ¿a quién beneficia
este tipo de turismo?
Realmente el negocio lo hacen las plataformas internacionales,
cuyo objetivo únicamente es éste, el de mandar ejércitos de personas por todo
el mundo al precio más barato posible.
¿Cuál es la opción propuesta? La de constituirse el destino
turístico en el regulador de las operaciones, que sean los gestores de la
destinación los que elijan, dónde, cómo, cuántos…
¿Por qué no dejamos de seguir la corriente para precisamente
liderar la corriente?
Evidentemente la solución no es sencilla, se necesita
estrategia, inversión, imaginación, liderazgo, compromiso y cooperación entre
todos los agentes relacionados, desde el propietario de una actividad turística,
hasta la totalidad de las instituciones públicas para que den apoyo y regulen a
una de las actividades con mayor creación de empleo del país. Pero sobre todo
se necesita gente preparada que sepa conectar con el visitante, que sepa
gestionar la inmediatez, que se adapte a lo inesperado y que sea capaz de
gestionar las emociones, que son lo más importante para volver a casa con una
buena experiencia.
En Auren nos preocupa el futuro de los negocios, pero no
desde la negatividad del significado de preocupación, sino de la necesidad
evidente de adelantarnos y conocer la evolución de la sociedad y de la
tecnología, aproximándonos y debatiendo con los expertos para que nuestros
profesionales puedan ofrecer la mejor respuesta.
M. Eugènia Bailach, Socia Auren, Auditora y miembro de la Comisión Nacional de Turismo