Después de muchos meses de incertidumbre y quebraderos de cabeza, las empresas se enfrentan a dos grandes desafíos: salir de la crisis y cumplir con los requisitos legales y judiciales que ha propiciado la nueva realidad laboral.

Aunque existen motivos suficientes para augurar un buen futuro a la mayoría de empresas, una parte de ellas todavía sigue asolada por el tsunami laboral y jurídico y solo una estrategia coordinada de relaciones laborales es la solución para solventar esta crisis.

El incremento de la conflictividad judicial y su inseguridad jurídica sin precedentes así como la vuelta al presencialismo y la transición a modelos híbridos se unen, por si fuera poco, a las campañas iniciadas por la Inspección de Trabajo. El asesoramiento laboral de calidad y sobretodo preventivo permitirá que las empresas afectadas puedan estar preparadas para el próximo escenario laboral.