Hoy en día, podría decirse que cada persona genera una gran cantidad de datos a cada paso. Nunca antes, los servidores de las empresas habían contenido tanta información disponible sobre nosotros. Esto es así en todas las industrias a las que hemos tenido acceso como consultores.

Como era de
esperarse, en el ámbito corporativo ya están en marcha diversas iniciativas
para sacar provecho de esta realidad. Por ejemplo, las empresas de consumo
masivo inspeccionan el historial de comportamiento en las compras de sus
clientes, las de petróleo y gas monitorean el proceso de excavación para
reducir los gastos de sustracción de minerales y las aerolíneas miden por qué
los vuelos no llegan a tiempo. Los datos les brindan a las compañías las evidencias
necesarias para identificar sus problemas internos, y con estos descubren cómo
resolver mejor las necesidades de los clientes, optimizar sus operaciones, y
tomar mejores decisiones.

Pero no solo las
grandes corporaciones como Microsoft son capaces de generar grandes caudales de
información. Los datos y las herramientas para gestionarlos están disponibles
para todos en la nube y a costos realmente accesibles. Hoy en día, las empresas
de cualquier tamaño y con algún grado de madurez en este tema, puede
beneficiarse de ellos. La limitante que se presenta excede al hecho de contar o
no con datos o con herramientas de gestión. Se trata, en realidad, del factor
humano. Más específicamente, de lo que se denomina como “data literacy”
(alfabetización en datos), que hace referencia al nivel de habilidades que la
gente tiene para interpretar datos y usarlos para la resolución de problemas.

El estudio de
este factor social alrededor del mundo arroja datos interesantes e inesperados.
Por ejemplo, el hecho de que Estados Unidos obtuvo el puesto 21 de 23 países
participantes de la evaluación que realiza el Centro Nacional de Estadísticas
de Educación (NCES); o que en España, tan solo el 25% de los profesionales
encuestados por Censuswide y Qlik es capaz de interpretar, analizar y
argumentar datos en su trabajo. El resto entra en la categoría que podría
denominarse “analfabetismo de datos”.

¿Pero qué tipo
de habilidades debería desarrollar un profesional para no ser un “analfabeto de
datos” en la actualidad? Hagamos un poco de historia. En los primeros momentos
de esta era de datos, las compañías solían buscar profesionales con habilidades
en SQL, extracción de datos, normalización de información y tecnologías como
procesamiento paralelo, análisis de big data y el lenguaje de programación R.
Hoy, luego de casi diez años de evolución, todas estas cuestiones técnicas
están solucionadas con plataformas tecnológicas que hacen más fácil la
instalación y aplicación de análisis de datos. A medida que la Inteligencia Artificial
se convierte en un componente más crítico de los negocios, los profesionales
modernos tienen una creciente necesidad de comprender cómo interpretar los
resultados de los algoritmos, con un menor enfoque en los aspectos técnicos de
su generación.

Es por esto que
la alfabetización de datos no necesariamente debe ir por el carril de las
competencias técnicas. Las habilidades de datos que hace falta desarrollar se
relacionan más con las destrezas que nos distinguen a los humanos de las
máquinas: la capacidad de interpretación de datos y de resolución de problemas,
tales como:

  • Saber indagar: hacer las preguntas correctas, comprender qué datos son relevantes
    y cómo probar su validez.
  • Saber interpretar: datos y contexto, para que los resultados sean útiles y
    significativos.
  • Saber presentar: tener siempre presente que el producto final de cualquier trabajo
    de ciencia de datos debe concluir no sólo con una visualización amigable, sino
    también con un “storytelling” que facilite su comprensión y aceptación.

En conclusión, nuestro
trabajo de Consultoría HR se enfoca en maximizar la capacidad de las personas de
usar la tecnología disponible, en implementar una rutina de gestión de información
y, por último, pero no menos crítico, en formar las nuevas competencias
requeridas para ser capaces de sacar el máximo provecho a los datos que se
generan. El desarrollo de estas capacidades (data skills), son parte esencial
del proceso de cambio requerido hacia una nueva cultura del dato.

Lic. Eduardo Brie – Consultor HR Senior de Auren