El Balance Social. Obligatoriedad inmediata por parte de las Fundaciones y Asociaciones.

31/10/2018

El nuevo contexto en que nos encontramos obliga a las Organizaciones a reinventarse y crear valor de una forma diferente.

La nueva forma que tienen las Organizaciones de crear valor ya no depende, únicamente, de los activos económicos, sino que viene dada por el aumento, la disminución o la transformación de activos intangibles, basados en aspectos sociales y medioambientales.

La capacidad que tiene una organización para crear valor, por sí misma, está relacionada con el valor que genera para los demás. Las actividades que se desarrollan, la interacción y la relación son las responsables de la creación de este valor.

Conceptos como reputación y responsabilidad social corporativa adquieren vital importancia en la aportación de estos valores intangibles. Es en este sentido que en el modelo de medida de la reputación de la empresa intervienen factores básicos como el aprecio, la admiración, la confianza y la impresión que tenemos, los consumidores, sobre los aspectos de la oferta, la innovación, el trabajo, la integridad, la ciudadanía, el liderazgo y las finanzas.

De esta forma se valora si la empresa protege el medio ambiente, apoya causas sociales, tiene un comportamiento ético, hace un uso responsable de su poder, es abierta y transparente, ofrece un sueldo justo, ofrece igualdad de oportunidades a los sus trabajadores, cuida del bienestar de sus empleados, etc.

Alineada con la responsabilidad social y la transparencia, el orden JUS / 152/2018, de 12 de septiembre establece el nivel de sujeción, que deben tener fundaciones y asociaciones declaradas de utilidad pública, a los instrumentos de transparencia establecidos por la Ley 21 / 2014, de 29 de diciembre.

Una de las premisas de esta orden es la obligatoriedad que tienen estas Fundaciones y asociaciones, en función de su tipología y categoría, de presentar y hacer públicos los datos recogidos en los artículos 7,8, 9 y 10.

La variable más importante, mencionada en estos artículos, a tener en cuenta a la hora de tener claros los datos a reportar, es si la Fundación o Asociación recibe fondos público o no. En este sentido, tenemos que las Fundaciones o asociaciones clasificadas como entidades de reducida dimensión (número medio de trabajadores inferior a diez), si reciben fondos públicos, se ven en la obligación de reportar, entre otra información, su balance social.

Pero, ¿qué es el Balance Social, qué información se detalla y cuáles son sus ventajas?

La Responsabilidad Social es una estrategia que genera ACCIÓN y por tanto un «Modelo de Gestión «. El Balance Social, en este sentido, se transforma en una buena herramienta de gestión que permite evaluar cuantitativa y cualitativamente el cumplimiento o impacto de las Organizaciones con sus partes interesadas o grupos de interés.

El Balance Social es el documento más importante de transparencia, donde la organización expone todas sus acciones, mediante indicadores, concretando lo que hace bien y mal, lo que puede mejorar y los impactos que su actividad y su política tiene en sus grupos de interés.

El Balance Social debe poder servir para analizar la alineación de la misión y los valores, de la Organización, con las acciones que se realizan y la estrategia que se utiliza. Refleja el grado de cumplimiento de la responsabilidad social de la organización con sus grupos de interés y posibilita ver la evolución de la organización, así como detectar debilidades, fortalezas y oportunidades.

Hay diferentes estructuras que se pueden utilizar al confeccionar un Balance Social, pero, independientemente de la elegida, existen algunos aspectos claves (cuantificables o no cuantificables) que no se pueden dejar de mencionar; los principios referidos al compromiso con el entorno social, el compromiso con el medio ambiente, adhesiones a procedimientos de auditoría, cuáles son los grupos de interés, información de los trabajadores (creación de puestos de trabajo, remuneración, horas trabajadas, absentismo, igualdad, etc.), información referida a clientes y proveedores, información respecto al medio ambiente, respeto de la comunidad (programas de capacitación, donaciones, colaboraciones con otras entidades, etc).

También es importante detallar y enfatizar las medidas adoptadas que favorezcan el descenso de posibles costes sociales (contaminación acústica y ambiental, conflictos sociales, accidentes de trabajo, etc.).

En cuanto a la medida del progreso, un modelo base de balance social puede incluir indicadores sociales internos, indicadores sociales externos, indicadores ambientales, indicadores del personal funcional que trabaja (remuneración, igualdad, calidad de vida ..), indicadores de seguridad y salud, de compromiso con el medio ambiente y con la Comunidad, de eficiencia, etc.

Para implementar un Balance Social, la Organización debe tener clara la integración de la Responsabilidad Social en su estrategia. Es indispensable la definición clara de una política y objetivos sociales y medioambientales y al mismo tiempo utilizar técnicas y procedimientos adecuados que ayuden a evaluar y validar el cumplimiento e implementar mejoras futuras.

Un buen Balance Social aportará a la Organización equilibrio, proyección, confianza y transparencia.

Y no nos olvidemos la importancia que tiene que el Balance Social esté auditado por una entidad externa. Esto será el punto clave para que los grupos de interés depositen plena confianza y la Organización consiga la excelencia en su gestión.

Joan Perona, Socio de Consultoría Auren

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