Pequeños pasos para gestionar el Big Data

24/01/2017

El denominado Big Data está dejando de ser una novedad en el día a día de la gestión empresarial y cada vez más organizaciones, grandes y pequeñas, están aprovechando ya las ventajas de explotar su potencial. Nunca antes habían tenido las empresas tanta información a su alcance sobre, por ejemplo, las opiniones y hábitos de compra de sus clientes. Pero capturar y gestionar esa información no es en absoluto trivial. Pensemos, por ejemplo, en la cantidad de información volcada cada minuto en las redes sociales o en la avalancha de datos que generarán las interacciones entre dispositivos conectados entre sí con la generalización del Internet de las Cosas.

El término fue popularizado en los años 90 por John Mashey en su artículo Big Data and the Next Wave of Infrastress , en el que describía el stress que el creciente volumen de datos introduce en los sistemas de información. Hoy entendemos por Big Data la gestión y análisis de enormes volúmenes de datos que no pueden ser tratados de manera convencional, ya que superan los límites y capacidades de las herramientas de software habitualmente utilizadas para la captura, gestión y procesamiento de datos.

El ingente volumen y ritmo de crecimiento de datos es sin duda el primer reto que presenta el Big Data, pero no el único. La velocidad en el tratamiento de la información es también un factor crítico dada la rapidez de su obsolescencia, así como también la complejidad del análisis, otro elemento característico ya que los datos obtenidos suelen ser muy heterogéneos y con diversos grados de estructuración. Otros desafíos del Big Data se pueden encontrar en la trazabilidad de dispositivos e identidad de usuarios, la veracidad y confiabilidad de los datos y también en aspectos legales y culturales relacionados con la privacidad.

Ante este panorama lo aconsejable es adentrarse en el Big Data de manera progresiva y siempre con una estrategia previamente diseñada que debería abordar como mínimo los siguientes elementos:

  • Definir previamente qué datos consideramos relevantes
  • Disponer de herramientas y recursos técnicos y humanos para capturar los datos objetivo
  • Estructurar la información obtenida de manera que permita su análisis
  • Adoptar decisiones de negocio basadas en el análisis de los datos
  • Monitorizar los resultados de las acciones para poder redefinir y optimizar la estrategia

Si tomamos como ejemplo una cadena hotelera, será muy importante en su estrategia de Big Data definir en primer lugar los ámbitos en que queremos extraer información y cómo, con qué recursos, cuándo y a qué coste. Algunas de las áreas en que más sentido tendrá capturar datos, por su impacto en la cuenta de resultados y en el posicionamiento de marca, son: Revenue, Eficiencia Energética y Reputación basada en opiniones de los clientes. En todas ellas habrá que ajustar bien los equilibrios entre volumen de datos tratados, coste de gestión y rentabilidad.

Contar con las herramientas y el conocimiento necesarios para gestionar adecuadamente los datos y rentabilizar la información se está demostrando ya un factor clave para competir.

Antonio Viader Farré, Director Consultoría

  • Servicios

  • Sectores