COVID CRISIS LA IMPORTANCIA DE LA LIQUIDEZ EN EL SECTOR HOTELERO

07/06/2021

Desde que estalló la crisis de Covid 19, las empresas hoteleras, tanto de pequeña escala como de grandes cadenas internacionales, han tenido que priorizar la gestión del efectivo para poder continuar como negocio.

La posición de liquidez siempre ha sido importante en la valoración financiera de las empresas, pero con la pandemia se ha convertido en un factor determinante. De hecho, lo primero que hicieron los ejecutivos cuando apareció la crisis fue pronosticar el flujo de caja ante diversos escenarios para poder valorar cuánto podrían durar tras ajustar a la baja ingresos y gastos.

El avance de la crisis ha pasado por varias fases desde abril de 2020. Inicialmente, se veía como algo a corto plazo; posteriormente, con las sucesivas oleadas de la pandemia, se transformó en una curva fluctuante que aún persiste. Ha sido este factor de incertidumbre el que ha traído consigo las peores consecuencias. Según los países y su normativa laboral, las empresas han podido reducir los costes de personal, que en este sector es el gasto más significativo. Sin embargo, la toma de decisiones ha estado marcada por aperturas y cierres, dependiendo de la situación sanitaria, convirtiendo la gestión en un auténtico caos. De hecho, en algunas cadenas hoteleras las pérdidas han sido mayores en aquellos hoteles que abrieron prematuramente que en los que permanecieron cerrados.

Para los ejecutivos, mantener una cantidad mínima de efectivo se convirtió en el foco central de su gestión. Por un lado, no abriendo establecimientos y reduciendo la plantilla, y por otro, buscando financiación externa.

Ante esta situación, con una pérdida media de ingresos que oscila entre el 70% y el 80%, según el país y la zona, las reducciones de costes se han visto favorecidas por la especificidad del sector, lo que posibilita el cierre de actividades en zonas vacacionales, ofreciendo oportunidades de hoteles de temporada al tiempo que perjudican a los de las ciudades. Esta es una de las primeras conclusiones que ya hemos extraído del efecto Covid.

En términos de financiamiento, las ayudas que brindan en general los gobiernos con préstamos garantizados y subsidiados ha sido un factor determinante en la solución para la obtención de liquidez. Muchas empresas no habrían sobrevivido hoy si no hubiera sido por esta ayuda. Aquí radica la cuestión del medio y largo plazo, y en qué medida el aumento del endeudamiento afectará a la solvencia a partir del ejercicio 2021 en adelante.

En las cadenas hoteleras, existe una dicotomía de gestión: hoteles en propiedad vs bajo administración. La especificidad de los balances cuando el hotel es propiedad implica una mayor inversión y grado de apalancamiento para su financiación, es decir, un riesgo a largo plazo equilibrado por la revalorización de los inmuebles. Sin embargo, existe otro componente, ya que brinda garantía a las instituciones financieras, dependiendo del nivel de endeudamiento. Por tanto, para aquellos hoteles con activos sujetos a revalorización bien financiados antes de la crisis, no ha sido difícil obtener financiación adicional que, al registrarse en el largo plazo, no ha condicionado el capital circulante. Esta es la segunda conclusión: se ha favorecido que las estructuras de balance con activos soporten mejor el impacto en la solvencia y, por tanto, obtengan un mayor y mejor flujo de caja.

Estamos pasando por el pico de la pandemia y por ello hay que situar la perspectiva a medio y largo plazo, analizando la situación de cara a la próxima temporada estival.

Las previsiones de ingresos para 2021 apuntan a una mayor actividad con más hoteles abiertos y una ocupación media más alta que en el ejercicio 2020. Esto parece obvio, pero también implica un balance dañado y la dificultad de hacer nuevas previsiones de flujo de caja, posiblemente más optimistas. , pero que en cualquier caso son peores que hace dos años.

La búsqueda de liquidez ya no es tan prioritaria, y la solvencia ha cobrado protagonismo, tanto para mantener líneas de financiación como para poder invertir. Los resultados de 2020 fueron catastróficos, con resultados negativos generalizados. Ante esto, nos encontraremos con dos casos: aquellas empresas con saneamiento de recursos propios y aquellas que la crisis ha dejado desmanteladas y que deben intentar reequilibrar su estructura financiera. Dependiendo del caso, esto podría ser a través de desinversiones: el arrendamiento posterior o la venta de activos.

La situación de liquidez es actualmente el riesgo más significativo para las empresas hoteleras. Su valoración y gestión son factores determinantes en su continuidad. Esto es algo sobre lo que reflexionar en el futuro cuando elaboremos una matriz de riesgos: la estructura del balance siempre debe permitir un nivel de endeudamiento complementario para enfrentar situaciones contingentes que pudieran ocurrir repentinamente sin previo aviso, y ante esto, empresas propietarias de activos. siempre estarán en una mejor situación para capear la tormenta y tal vez después, cuando la tormenta amaine, podrían crecer a expensas de otros cuyo modelo de negocio era crecer rápidamente gracias a un gran apalancamiento.

Ignacio Esteban, Socio Coordinador de Auren Tourism Spain

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