Liderazgo en tiempos de Coronavirus

20/03/2020

Hace muy poco, mientras abrazábamos a nuestros familiares y amigos y les deseábamos un feliz año 2020, difícilmente podríamos haber imaginado que, antes de que termine el primer trimestre del nuevo año, estaríamos viviendo una situación como la actual.

Esta no es la primera vez que el mundo se ve amenazado por una pandemia (hace poco más de 10 años, fue la gripe A la responsable de desaparecer todo el alcohol en gel de las farmacias), y aún así hay que reconocer que la llegada del COVID-19 (o Coronavirus) nos encontró con la guardia baja. Y las defensas también.

El temor al contagio, muy bien fundamentado, motivó (o mejor dicho, forzó) a que todos cambiemos nuestros hábitos y rutinas cotidianas. Todo lo que involucre estar fuera de nuestras casas e interactuar personalmente con otras personas adquirió de repente una tonalidad de peligro. De riesgo innecesario que podría mandarnos al hospital. O peor.

Si esta disposición llegó a tiempo o no, es tema de otra conversación. Hay dos cosas más importantes a tener en cuenta ahora. La primera es que debemos cumplir con lo dispuesto y mantenernos en nuestras casas. La segunda es que, sin importar donde estemos, no podemos dejar de ser productivos.

El desafío es para todos, pero principalmente para quienes cumplen el papel de líderes. Este mundo en crisis, en el que todo cambió (y sigue cambiando) de un día para el otro, es el ejemplo máximo del contexto VUCA del que tanto hemos hablado y escuchado. Volatilidad en la masificación del virus y su impacto en la salud, economía y hasta en las costumbres y comportamientos a nivel mundial. Incertidumbre sobre la duración de esta pandemia y del mundo que nos quedará cuando esta termine. Complejidad para tratar de que, a pesar de todo, las cosas sigan su curso sin desviarse demasiado de lo planeado. Y la Ambigüedad que encontramos en ocasiones al tratar de entender la situación actual y trazar un curso de acción apropiado, por falta de antecedentes. Siendo así, el objetivo genérico de todo líder debe ser mantenerse como la referencia para sus equipos. Seguir aportándoles valor para que ellos también puedan hacerlo hacia adentro y hacia afuera. En este punto, resulta vital que un líder tenga la capacidad de asegurar que sus equipos sigan siendo productivos y mantengan su compromiso durante estos momentos difíciles. No hay una receta estándar para lograrlo, pero si existen algunos aspectos que no pueden pasarse por alto. Pongo a disposición del lector estos 7 consejos, basados en conceptos presentados por el consultor e investigador Marcus Buckingham y por la escritora Gretchen Rubin:

– La cultura de equipo no siempre implica presencia física

De acuerdo a los resultados de un estudio reciente realizado por ADP Research Institute, los trabajadores más comprometidos no son los de mayor presentismo en la oficina. De hecho, quienes demostraron más compromiso con su equipo trabajan de manera remota un 80% del tiempo, en promedio. ¿Qué significa esto? Que la pertenencia al equipo no se define por el lugar físico de trabajo, sino por la actitud comprometida, la mentalidad decidida e incluso el cariño que se siente hacia los objetivos y las personas que los comparten. Si construimos esta mentalidad en nuestro equipo, la ubicación geográfica será lo de menos.

– Reafirmar la confianza del equipo en lo que puede lograr

En momentos como estos, el papel del líder no es el de actuar como terapeuta y conectarse con los sentimientos de todos. El tiempo de una reunión remota debe aprovecharse para tratar de elevar el nivel de confianza de tu equipo. Basta con saber (y hacerles saber) lo que cada uno puede controlar en sus vidas y en su trabajo. Desde el seguimiento de las precauciones necesarias para prevenir el contagio del coronavirus hasta la cantidad de tareas de la que se pueden ocupar en un proyecto determinado. Ayudar a las personas a comprender lo que pueden controlar, hará que su confianza aumente.

– No dejes de reunirte semanalmente con cada miembro de tu equipo

Hoy más que nunca, el simple hecho de preguntar a cada colaborador sobre lo que está haciendo y cómo podés colaborar es importante para crear esa conexión personal que tanto se necesita en estos momentos de distanciamiento físico. No solo para ayudarlo a mantener el enfoque en los objetivos del equipo, sino también para brindarle una sensación de cercanía, a pesar de todo. Y aunque parezca increíble, la frecuencia con que esto ocurra es mucho más importante que el medio elegido para hacerlo. Si por teléfono o por video conferencia, el efecto será el mismo que si lo hicieras en persona.

– La apariencia importa…

Ahora que muchas de las interacciones de un líder con su equipo se realizan mediante video llamadas, la imagen que se proyecta por este medio gana especial relevancia. Por eso, es importante tomar un tiempo para prepararse, para lucir profesional, para tratar de evitar que lo que se ve y se escucha en el fondo (gente caminando, desorden, golpeteos de mesa…) se conviertan en distracciones para el resto del equipo. Al menos, dentro de lo posible.

– Sé paciente

Este momento en particular es el menos apropiado para enojarse porque hay ruido de fondo en la video llamada de uno de los participantes, o si los inconvenientes técnicos o el desconocimiento de las herramientas reducen la fluidez de la charla. ¡Paciencia! No pierdas de vista que estamos viviendo una situación sin precedentes, y que todos están haciendo lo mejor que pueden para sobrellevarla.

– Tu estado de ánimo también es importante: busca a la gente que lo fortalece

Idealmente, en tu equipo siempre habrá alguien que te haga sentir mejor, más animado. Identificalo y ponete en contacto con esta persona (o personas) de manera frecuente. ¿Por qué? Porque tu energía y salud emocional es tan importante como la del resto del equipo.

– Usá esta experiencia para clarificar tus valores

Como ocurre con casi todas las situaciones que un líder debe afrontar, este contexto extremadamente VUCA también tiene algo positivo para quienes integran el equipo. Sin duda, esta es una oportunidad para afirmar nuestros valores respecto al trabajo y a la familia. Si cada persona lo logra, ganará en previsibilidad (en el buen sentido del término) y confianza dentro de su equipo. No es en vano que, al estudiar las prácticas de los grandes líderes, es fácil notar que ellos se basan fuertemente en sus experiencias (más que en la teoría) para dejar en claro los valores con los que viven.

Por último, algo que todo líder debe tener muy claro (y no solo durante las crisis): la responsabilidad que asumimos en nuestros comportamientos se vuelve un ejemplo para los demás. Si vivimos este momento difícil con consciencia de líderes, saldremos de él fortalecidos como tales, con vínculos renovados con nuestros equipos y con una consciencia más despierta ante nuestro entorno.

Ah, y no olvidemos que la situación actual es solo una alteración momentánea de nuestra rutina. Si nos lo proponemos, el final de la crisis (confiemos en que sea pronto) nos encontrará como líderes fuertes a cargo de equipos comprometidos, estimulados y confiables. Pero mientras llega ese momento, #QuedateEnTuCasa.

Lic. Diego Erazo – Consultor Senior Auren – Consultoría HR

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