Nuevas tecnologías: Big data e Inteligencia artificial
En el marco del contexto que vivimos, la implementación de tecnología juega un papel fundamental como herramienta imprescindible y facilitadora de información. Con el uso de las nuevas tecnologías de plataformas big data y de inteligencia artificial como herramienta de uso en el modo de auditar, aumenta enormemente la calidad de las auditorías ya que se automatizan los procesos de revisiones, y se puede monitorear la totalidad de las operaciones en tiempo real, en lugar de tomar muestras selectivas. Con menos recursos, se puede auditar más y mejor.
Para ponerlo en un ejemplo concreto: un gerente de Auditoría Interna puede recibir una alerta vía notificación en su celular de que hace unos segundos, determinado usuario desde determinada locación emitió un comprobante gemelo o clonado. Todo esto mediante un proceso de auditoría automático ejecutado en tiempo real por un robot.
El ahorro en tiempos y costos por detectar estas inconsistencias suele ser muy significativo, incluso contra la ejecución de una auditoría tradicional que lo puede detectar recién al año siguiente, y termina siendo más costosa.
Además, estas tecnologías son democráticas porque al principio eran un lujo que solo podían costear las empresas multinacionales, y cada vez se hacen más accesibles y necesarias también para las pymes.
En contextos de mayor incertidumbre, hay una tendencia a analizar en mayor profundidad todos los procesos y actividades de cada organización para alcanzar mayores niveles de eficiencia en la operación.
Nosotros llamamos a esta práctica “afilar la sierra”, y la consideramos muy importante para mantener la viabilidad de la empresa, actualizarla y a su vez, prepararla para el futuro, y para un potencial mercado con mayor demanda de los bienes y servicios que ofrezca.
En este proceso, es clave la participación en forma conjunta de los players internos de la empresa, en todos sus niveles jerárquicos, así como también especialistas externos, e independientes. Esto genera un intercambio muy productivo de conocimiento específico de la operación, y de la cultura de la organización, con ideas nuevas, mejores prácticas de la industria, y atención a nuevas demandas del mercado como la accesibilidad y la sustentabilidad.
Finalizada esta etapa, el desafío no culmina, ya que sigue a continuación la vital implementación y ejecución de los cambios que se hayan definido.
Por Javier Panno, Quality Manager de Auditoría – Auren