Supervivencia y adaptación de los destinos turísticos frente al cambio climático

05/09/2023

Cualquier duda que pudiera existir ha quedado disipada: el cambio climático es una realidad que ya afecta a todos los ámbitos de nuestra sociedad. España, además, debido a sus características físicas y socioeconómicas, es especialmente vulnerable.

Consecuencias como el aumento del nivel del mar y de la temperatura media o la irregularidad en las precipitaciones ya se empiezan a sentir y, en la medida en la que no se lleven a cabo acciones para intentar moderar estas problemáticas, los escenarios futuros no se presentan halagüeños.

Nuestro territorio está caracterizado, entre otros aspectos, por la riqueza que le otorga la variedad de recursos naturales, como son los casi 8.000 kilómetros de litoral o las diferentes cadenas montañosas repartidas entre sus fronteras. Esto, en combinación con una climatología favorable y una cultura sociable y acogedora, nos convierte en uno de los primeros países escogidos por los turistas. Es por ello por lo que el sector turístico goza de gran importancia en el cómputo global de la economía de nuestro país, siendo clave a la hora de aportar al PIB nacional y de equilibrar la balanza de pagos con el exterior.

Sin embargo, esta riqueza natural puede sufrir cambios a medio y largo plazo que, si no son gestionados con estrategias adecuadas, derivarán en impactos negativos en un sector tan primordial para la economía nacional como es el sector turístico.

Para poder llegar a estas conclusiones es necesario basarse en los datos y el conocimiento existente sobre el tema. El informe Impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático en el sector turístico, publicado en 2016 por la Oficina Española del Cambio Climático del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, dentro del marco del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, arroja conclusiones y datos muy significativos de la región mediterránea, con respecto a los efectos del cambio climático proyectados para finales de siglo. Algunas de las claves son:

  • Con respecto a la media global, un aumento superior de la temperatura, especialmente en época estival.
  • También en época estival y especialmente en la zona sur de la península Ibérica se producirá una disminución de las precipitaciones anuales.
  • Incremento de las precipitaciones de carácter tormentoso.
  • Olas de calor más frecuentes y duraderas.
  • Aumento del nivel medio del mar, así como de la temperatura de la superficie.

Traducidos a la realidad del sector turístico, estos efectos negativos podrían conllevar impactos sobre los recursos turísticos naturales como la pérdida de playas, la dificultad de abastecer de agua a la demanda turística en temporada alta o la disminución de los recursos de nieve ubicados en los principales puntos montañosos, entre muchos otros.

Así mismo, los recursos turísticos histórico-culturales, por sus características constructivas, también se verían afectados por las temperaturas y las precipitaciones extremas; y estos impactos climatológicos podrían conllevar la migración de población local a zonas climatológicamente más favorables, derivando en una perdida identitaria y cultural de estas áreas ‘abandonadas’.

Pero los efectos no solo se verían a nivel físico, en el ámbito económico también podrían producirse importantes cambios generados por el calentamiento global.

España perdería competitividad como destino turístico en favor de otros países del norte de Europa cuyas condiciones meteorológicas mejorarían considerablemente. El turismo procedente de estos países del centro-norte de Europa, segmento de mercado importante para la industria turística nacional, podría verse reducido hasta un 20% en 2080 en comparación a datos registrado a principios del siglo XXI, reducción acaecida por un aumento de los viajes domésticos en estos países actualmente emisores.

Dentro de nuestro territorio se producirían efectos similares, y zonas tradicionalmente turísticas verían una redirección de los flujos de visitantes hacia regiones con mejores condiciones climatológicas como el norte del país. Además, en 2080 las pernoctaciones realizadas en España podrían verse reducidas entre 0,6 y 7,7 millones y el porcentaje del PIB representado por el sector turístico vería una disminución de entre un 0,67 y un 0,86% para dicho año con respecto a la actualidad.

En definitiva, todos estos efectos en la oferta y la demanda tendrían considerables impactos sobre los ingresos nacionales generados por el sector turístico a los que habría que sumar los gastos en implantación de medidas de adaptación o la readaptación de infraestructuras públicas y privadas que podrían verse afectadas por los accidentes ambientales derivados del cambio climático.

En base a estas proyecciones ¿se puede hacer algo para evitar o al menos mitigar estos efectos negativos del cambio climático sobre el sector turístico?

La realidad es que sí, y el sector turístico, como en otras ocasiones, ya ha demostrado una gran voluntariedad y resiliencia involucrándose en iniciativas con tal de hacer frente a este reto. Claros son los ejemplos como la Estrategia de Adaptación al Cambio Climático del Sector Turístico en Extremadura, la Estrategia de Calvià por el Clima (2013-2020) o incluso, de carácter privado .

Existen numerosas acciones a acometer por los destinos turísticos desde la acción local que en su conjunto puede ayudar a gestionar estos efectos y preparar al sector de cara a la nueva realidad turística futura.

Entre estas medidas de adaptación encontramos desde las más generales como la reformulación de modelos turísticos existentes hasta las más específicas como labores de formación y concienciación, incentivos financieros que fomenten las buenas actuaciones medioambientales, aplicación de la tecnología en la mejora de los procesos de gestión de recursos naturales o medidas administrativas en la gestión del ecosistema, la planificación urbanística …

Otro de los grandes ejemplos de esta capacidad adaptativa del sector turístico ha sido la acogida positiva de la Red de Destinos Turísticos Inteligentes de la Secretaría de Estado de Turismo de España. La Red DTI, que ya cuenta con 96 destinos miembros (algunos de ellos ubicados en Centroamérica y América del Sur), basa su metodología en 5 ejes entre los cuales se encuentra la sostenibilidad.

Dentro de este eje de sostenibilidad, los destinos trabajan en ámbitos como la conservación, mejora y recuperación del medio ambiente de donde derivan acciones como el fomento de la eficiencia energética, la recogida selectiva y el tratamiento de residuos, la gestión de la calidad del aire y del ciclo del agua, la protección del entorno natural y la biodiversidad y, por supuesto, la adaptación al cambio climático.

Actualmente, los destinos más veteranos se encuentran realizando un diagnóstico de las acciones acometidas en materia de sostenibilidad, con el objetivo de identificar nuevas oportunidades que se concreten en actuaciones para seguir mejorando en la gestión y la adaptación a los cambios futuros provocados por la realidad del cambio climático.

Visto desde esta perspectiva, el horizonte que se presenta ante nosotros, aunque desconocido, puede generar nuevas oportunidades para el sector turístico. Sin duda, nos encontramos con un escenario de incertidumbre, ya que se no se sabe en qué grado estas previsiones se cumplirán y el efecto que tendrán en el sector turístico.

A pesar de ello, y como en otras crisis acontecidas anteriormente, el sector cuenta con la flexibilidad y el músculo suficiente para convertir esta incertidumbre en nuevas oportunidades de reformular el modelo turístico hacia nuevos formatos más eficientes y respetuosos con el medio ambiente y la sociedad. Aún así, para lograr revertir los riesgos en oportunidades con respecto al cambio climático por parte de los destinos turísticos, es necesario comenzar a actuar y conocer cómo serán esos impactos climáticos a medio y largo plazo. Y para ello, las estrategias climáticas, son claves.

Rodrigo Gómez, socio de Auren Consultores y Jorge Albín, Consultor de Sostenibilidad y Cambio Climático.

  • Servicios

  • Sectores