El cada vez más competitivo mundo laboral requiere día tras día cada vez más niveles comprobables de preparación, esos niveles están definidos con diferentes términos y conceptos que permiten categorizar las competencias y experiencias de cada individuo y en función a ellas agruparlas para que sean esas destrezas sean las que hablen por si solas y puedan brillar según sea el requerimiento de cada departamento.
Uno de esos conceptos es el seniority, que más que un solo concepto, hace referencia a la capacidad de un empleado en función a sus habilidades y experiencias. Cada compañía tiene una idea diferente de Seniority, Algunas cuentan con escalas predeterminadas en función de diferentes características, como años de experiencia o habilidades, y otras pueden ser más subjetivas o evaluar cada caso particular.
Estos son algunas de las características más habituales que suelen determinar el nivel de seniority:
En cuanto a niveles, suelen haber cuatro clasificaciones de acuerdo a la experiencia y habilidades de los candidatos:
Hoy por hoy más allá de los años de experiencia, las empresas evalúan el nivel de adaptación a los diferentes cambios que tiene el candidato. Es muy importante la experiencia a través de los años y en las diferentes compañías, pero lo que realmente posiciona a un candidato es como se adapta a los nuevos paradigmas que principalmente surgieron después de la pandemia. Como tiempo atrás, un candidato que no estaba más de 5 años en una empresa era mirado con recelo por los selectores de las diferentes compañías. Hoy se toma como un signo de aburguesamiento quien pasa más de 3 años en una compañía. En 2023 las generaciones X deben ver como los Centenials “corren” de empresa en empresa buscando ese seniority y experiencia que antes llevaba mucho más tiempo.
La adaptación al cambio se define como la habilidad de transformarse para alcanzar un determinado objetivo. En el contexto digital, la habilidad para adaptarse al cambio es la capacidad de redefinir la manera de trabajar para conseguir procesos más productivos y eficientes a través de herramientas digitales, esas son las herramientas que los centenials utilizan para adquirir el seniority necesario para seguir creciendo.
El seniority es una competencia blanda que supone madurez profesional que permite tener competencias para actuar bajo presión, saber influenciar sobre los demás, generar y armar equipos, emprender un liderazgo efectivo, demostrar autoridad y conocimiento de lo que se hace, en síntesis, es tener ese criterio tan buscado en la persona que ayuda a la resolución de conflictos y hacer o lanzar propuestas de crecimiento y desarrollo de la organización.
El seniority implica tener un amplio sentido de responsabilidad y compromiso con las tareas encomendadas a su dirección, el saber priorizar e identificar lo importante de lo menos importante, lo urgente de lo menos urgente; el saber qué debo de hacer y qué debo o puedo delegar.
Otra cualidad del directivo con seniority es el saber armar equipos de trabajo, tener ese olfato en saber elegir al mejor talento humano para ubicarlo en las posiciones donde mejor puede rendir y potenciar sus habilidades.
Hoy en día, más allá del conocimiento técnico adquirido a través de la Universidad y la experiencia laboral son fundamentales las habilidades blandas innatas y adquiridas para considerarse un talento Sr. En este caso, las soft Skills más demandadas por las empresas son:
Potenciar estas habilidades harán que el seniority y el talento crezcan y los perfiles puedan crecer en las diferentes áreas y puestos de las empresas.
Por Sebastián Maciarello, Gerente de BPO y Selección de Auren