Opinión. Por José Saha, Director de Consultoría HR de Auren

Los desafíos que el Covid 19 provocó en el mundo laboral han tenido un claro impacto en los equipos de trabajo de las pymes. Abruptamente, nos hemos visto forzados a movernos para proteger a nuestros colaboradores y, luego, a garantizar de algún modo formas de operación adaptada al contexto de crisis. Esto fue un claro desafío para los distintos aspectos del negocio, pero sin duda, la gestión del equipo fue, y sigue siendo, una gran preocupación. Muchas de las competencias que habíamos planificado poner en juego este año no resultan ser las necesarias en este escenario y emergen otras que tenía importancia pero no considerábamos esenciales para la sostenibilidad del negocio. Describo a continuación algunas de las acciones que mostraron buenos resultados al ser puestas en marcha.

-Construcción de protocolos de seguridad del personal y de la comunidad en contacto con ellos. Es de vital importancia, en este punto, un continuo refuerzo del mensaje «no podemos bajar la guardia».

-Puesta en marcha de acciones concretas de cercanía mediante el aprovechamiento de las tecnologías disponibles, en gran parte de manera gratuita. La contención y la generación de cierta certidumbre han logrado sostener el ánimo e incluso despertar cierto nivel de motivación épica en medio de la crisis.

-El orgullo de pertenencia y unión de equipo está siendo una gran fuente de respaldo emocional. Observamos que se trata de una palanca muy efectiva pero también muy sujeta a la capacidad de relacionamiento y comunicación de los líderes jerárquicos e informales.

-El liderazgo, cuando logra hacer foco en ser una fuente de adaptación al cambio, ha dado muestras de lograr agilidad para la recuperación de la operación. Quienes cuentan con esta responsabilidad en la empresa, deben ser capaces de generar una visión optimista a pesar del difícil momento presente. Como sabemos, siempre es necesario comenzar por casa, es decir que es necesario ocupar un tiempo a un proceso reflexivo del equipo de líderes con un claro foco: encontrar un auto convencimiento de que es posible la recuperación con una clara conciencia de transitoriedad de lo que sucede. No se niega el presente, se actúa para minimizar riesgos, pero también se habla de un futuro mejor.

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