Prensa | ¿Cuánta plata gana un programador en la Argentina? (iProfesional 8.12.2022)

14/12/2022

Todo aquel que haya tenido que contratar a un programador en los últimos meses sabe de la tarea titánica que esto significa. No solo porque la mayoría tiene una agenda ya bastante ocupada, sino porque esto tiene un correlato directo en sus exigencias a la hora de cobrar. Entonces, cuánto gana un programador en la Argentina

«La semana pasada, durante la segunda entrevista para seleccionar a un programador, uno de los candidatos directamente nos planteó que le depositásemos su sueldo en dólares, en una cuenta que tiene en Uruguay. Y no es la primera vez que escuchamos estas exigencias», cuenta una gerenta de Recursos Humanos de una empresa productora de software.

Y eso no es todo, una colega suya ya recibió varios pedidos que detallaban cómo quería el talento cobrar su sueldo, y una parte exigía que se le deposite en su cuenta de un Exchange para poder comprar bitcoin.

Así, las anécdotas se multiplican, y hasta es posible ver a los directores o gerentes competir por quién atravesó con la exigencia más alocada. Lo cierto, es que parece que ya nada los sorprende al enfrentar la demanda de los programadores.

Dólares para el programador

Como se mencionó, los programadores con mayor expertise son los buscados por las empresas de afuera, y al mismo tiempo por las locales. Por eso se habla de escasez de talento.

Esta alta demanda provoca que «mientras una empresa local puede pagar un salario de unos $200.000, en el exterior esos números ascienden a u$s3.000 o incluso hasta u$s5.000, por el mismo rol, las mismas tareas e idéntica carga horaria. Entonces, las organizaciones locales directamente empiezan a no poder contratar a esos perfiles», destaca Sebastián Maciarello, gerente de BPO y Selección de Auren.

En el caso de las startups, Maciarello destaca que tienen un as bajo la manga para salir a competir. «Si bien no pueden pagar sueldos de la magnitud mencionada, sí realizan algo que se llama vesting».

«El Vesting es la restricción de venta de acciones de los fundadores o determinados empleados de una startup por un periodo de tiempo para asegurar su permanencia. Solo pasado el tiempo establecido podrán recibir la totalidad de sus acciones», explica el gerente de Auren.

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