La medida del control sobre los pagos al exterior implica más trámites para la importación; para los tributaristas, sólo se busca desalentar las compras en el exterior en dólares en tiempos de escasez de reservas.

En otro capítulo de la lucha por evitar una mayor sangría de dólares, el Gobierno puso en vigencia un nuevo control que, en este caso, concierne a los pagos al exterior de servicios. Según informó la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el Sistema Integral de Monitoreo de Pagos al Exterior de Servicios (Simpes), tal su nombre, es una herramienta tributaria que permitirá al Estado realizar una evaluación de la capacidad económica financiera de las empresas que realizan ese tipo de operaciones.

“El nuevo mecanismo es similar al que ya se utiliza para la importación de bienes y la Resolución General N° 5135 que entrará en vigencia mañana [por hoy] con su publicación en el Boletín Oficial extiende a los pagos al exterior de servicios, la evaluación realizada a través del sistema de Capacidad Económica Financiera (CEF), una herramienta que se implementa en la actualidad sobre las operaciones de importación de mercaderías”, informó la AFIP mediante un comunicado.

Por su parte, Gabriel Hermida, especialista en impuestos y socio de Auren Argentina, comentó que esto es un “suma y sigue” a todas las trabas que está poniendo el Gobierno. “Ya dijeron que no va a haber dólares para importar autos y ya dijeron que los bancos le van a poder pedir a los contribuyentes las declaraciones juradas de impuesto para hacer cualquier trámite, información que es confidencial y privilegiada. Ahora ya no solo traban el cobro al exterior, sino que van también a regular el pago al exterior”, subrayó

Hermida destacó además que ya pesaban sobre el pago al exterior retenciones y ciertas exigencias. “O sea que con la RG 5135, se agrega más burocracia, se tapa a los contribuyentes con reglamentaciones y se traba cada vez más la globalización del comercio. Esto es nocivo, porque crea un nuevo problema operativo para la gente. Es muy malo este exceso de regulación con el que sigue insistiendo el Gobierno”, enfatizó el especialista.

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