Hasta hace pocos años, hablar de compliance implicaba en el mercado local dar una explicación de qué se trataba. Hoy, este término ya está incluso en boca de los consumidores finales.
Esto no solo marca cómo fue creciendo en importancia tener a este departamento como pieza central dentro de la organización; también indica el aumento de la demanda de los profesionales que pueden estar a cargo. Bianca Scasso Kamelhar, Compliance Officer en Grupo Ceta, afirma a iProUP que este «área en una compañía cumple una doble función«, a saber:
Así, el rol se volvió imprescindible, especialmente para las compañías que se desarrollan en negocios regulados.
Alejandro Servide, director de Professionals, RPO & Technologies de Randstad Argentina, afirma a iProUP: «Es una posición demandada por empresas de diferentes industrias, pero donde adquieren mayor protagonismo es en los sectores con alta regulación, en particular en el de servicios financieros, ya que hay que mantenerse al día con los estándares regulatorios».
En cuanto a los beneficios para la organización, Nadia Zampar, Executive Manager de la división Professional en Bayton, señala a iProUP que «los principales son minimizar riesgos y sanciones de los entes reguladores y reflejar un compromiso ético de la empresa hacia sus miembros y hacia la comunidad».
Pueden provenir de diferentes carreras universitarias, «ya que trabajan en ramas de actividad muy reguladas como servicios financieros, contables, sanitarios, atención médica, fabricación, entre otros», enumera Servide.
Según el ejecutivo, si bien existen diferentes diplomaturas en compliance extendidas por reconocidas universidades, «independientemente de la formación y los conocimientos regulatorios de la industria a la que pertenecen, sus principales competencias son relativas a la organización, análisis, pensamiento crítico y comunicación«.
En este sentido, Sebastián Maciarello, gerente de Selección y BPO de Auren, enumera los requisitos adicionales para el puesto:
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