165- DETECCIÓN DEL FRAUDE: ¿RESPONSABILIDAD DEL AUDITOR O DE LA DIRECCIÓN?

21/03/2014

Antes de comenzar nuestro análisis, deberíamos definir (según la Norma Internacional de Auditoría 240) lo que es el Fraude: “Acto intencional de una o más personas de la Administración, Gerencia, empleados o terceros, que implique el uso de engaño para obtener una ventaja injusta o ilegal” que resulta en una representación incorrecta en los estados financieros.

El fraude puede implicar: manipulación, falsificación, alteración de registros o documentos, uso indebido de activos e ingresos, representación engañosa u omisión en transacciones o estados financieros, registro de asientos ficticios, incorrecta aplicación intencional de principios y políticas contables.

Debemos diferenciar dicho concepto de los errores involuntarios o no intencionados que puedan impactar en los estados financieros. Estos errores pueden evidenciarse en registros contables y cálculos matemáticos incorrectos, errores de procedimientos o aplicación de normas que no correspondan.

Dentro de las responsabilidades de la Gerencia de una empresa encontramos la prevención y detección de fraude,  para lo cual debe  – en conjunto con la administración – implementar y mantener prácticas, políticas, procedimientos y sistemas contables adecuados a fin de minimizar el riesgo de fraude.

¿Cuál es la responsabilidad del auditor?

De acuerdo a las Normas Internacionales de Auditoría, en la etapa de planificación de su trabajo, el auditor evalúa los distintos riesgos y en particular el riesgo de fraude y error que pueda tener un impacto significativo en los estados financieros. No obstante, debido a las limitaciones del propio trabajo de auditoría, hay un riesgo inevitable de que no puedan detectarse algunos errores materiales en los estados financieros, por lo que el auditor no es y no puede ser responsable de la prevención de fraude o error.

Así (según IFAC – International Federation of Accountants -) la responsabilidad del auditor se limita a “formar y expresar una opinión sobre los estados financieros”.

El riesgo de no detectar un error material resultado de fraude es mayor que el riesgo de no detectar uno que sea resultado de un error involuntario, debido a que el fraude puede tener esquemas sofisticados y organizados para ocultarlo. Este  riesgo que tiene el auditor, de no detectar un error material por fraude, es mayor en el caso que sea realizado por la administración o dirección de la empresa, debido a que ellos pueden manipular registros contables y sobrepasar los procedimientos de control diseñados.

En los casos que el auditor identifique un fraude u obtenga evidencia que indique que pueda existirlo, su responsabilidad es comunicarlo oportunamente al nivel superior que corresponda. Puede darse el caso de que el auditor deba reportar la ocurrencia o sospecha a alguien fuera de la entidad, lo que en ocasiones puede contraponerse con la confidencialidad de información del cliente.

A modo de conclusión a nuestra pregunta “¿De quién es la responsabilidad de detectar fraude?” podemos resumir que los auditores en su revisión de los estados financieros tienen la posibilidad de detectar o tener indicios de fraudes, pero producto de que una auditoría no revisa todas las transacciones, sino que realiza procedimientos a fin de obtener una seguridad razonable de las cifras expuestas en los estados financieros, es posible que no sea detectado. La Gerencia y Administración son los responsables de diseñar e implementar un sistema de control interno que permita prevenir y detectar el fraude dentro de la propia entidad.