Muchas veces, y principalmente en las pequeñas empresas, se visualiza a la contabilidad como poco necesaria, que solo genera gastos. La cultura es la de “llevar la contabilidad”  por obligación, para cumplir con requisitos de los organismos reguladores. Se pierde así la posibilidad de detectar ciertas falencias u oportunidades de mejora.

En los párrafos que siguen se intentará exponer lo útil que puede llegar a ser la contabilidad en una empresa, siempre que se sigan “buenas prácticas contables”.

En primera instancia, debe efectuarse la separación entre lo que es la simple teneduría de los libros y la contabilidad. Ésta última engloba algo más que la sola registración de los hechos económicos acontecidos en la empresa. La contabilidad trata también de analizar e interpretar toda la información producto de los registros contables y de los estados financieros de la empresa.

No debe perderse de vista que la información contable tiene que ser oportuna, verificable, objetiva, confiable y útil.

Siempre y cuando la misma se realice dentro de un marco de determinada continuidad y consistencia le permitirá, a quien dirige la empresa, gestionar de forma adecuada su disponible, inventarios, las cuentas a cobrar a sus clientes, los pasivos mantenidos con sus proveedores, así como también cuantificar sus ingresos y controlar sus costos. La contabilidad es una herramienta base para la toma de las decisiones económicas y financieras.

De esta forma, no solo es posible entender el pasado y el presente de las empresas, también se pueden trazar tendencias y efectuar pronósticos que le permitan al empresario diseñar los escenarios posibles para la expansión y crecimiento de sus negocios. Cuanto mayor sea el conocimiento que posea el empresario, mayores posibilidades tendrá de anticiparse a ciertas situaciones.

En la práctica, no existe empresario que no sea consciente de lo difícil que es tomar adecuadas decisiones si no se tiene un conocimiento absoluto de las ventas, los costos de comercialización y producción, la estructura de recursos con que cuenta la empresa, el comportamiento de los clientes y proveedores, etc. Por ejemplo, tener presente el consumo de recursos que realizan las áreas de la empresa le puede ayudar a decidir respecto a estrategias a seguir para la mejora de la rentabilidad y la optimización de los costos. Toda esta información puede surgir de la contabilidad.

Hoy en día existen distintas opciones de software contable que colaboran disminuyendo los tiempos en el procesamiento de la documentación, y permiten obtener reportes que pueden resultar de suma utilidad para la gestión de la empresa.

Es claro que la contabilidad no se efectúa sola, y que se debe contar con un profesional acreditado. Y no menos importante es destacar que el verdadero valor agregado que tanto el profesional como la contabilidad le pueden aportar al empresario, es justamente esa lectura y análisis de la información que surge del sistema contable de la empresa. De esta forma podrá interpretar la realidad económica y financiera, y estará en condiciones de identificar las oportunidades de mejora, y diagramar las estrategias necesarias para el desarrollo de su negocio.

Entonces, si bien para el éxito de los negocios se necesitan emprendedores con visión, la contabilidad, los profesionales del área, y la capacidad de éstos para interpretar y analizar el producto de los reportes contables, son una herramienta indispensable para toda la gestión y administración de las empresas.